El entorno del alojamiento es espectacular, ideal para disfrutar de la naturaleza y actividades al aire libre. Las instalaciones son cómodas, limpias y con encanto.Los propietarios son amables y acogedores.Precio asequible.

Me sentí bastante a gusto, no me puedo quejar.

El enclave del hostel es una auténtica pasada. Es un lugar muy tranquilo en mitad de la naturaleza donde se respira paz. Tiene propietarios amables y cordiales que hacen que te sientas bienvenido.Es ideal si viajas con niños, ya que tienen perretes muy simpáticos que te reciben con alegría.El precio del alojamiento es bastante bueno.

Me sentí seguro, no tengo ninguna queja.

El entorno natural donde se encuentra el albergue es espectacular y permite disfrutar de actividades al aire libre. Las instalaciones son cómodas, limpias y con encanto. El trato de los propietarios, Lidia y Martín, fue amable y acogedor. Me sentí como en casa. Además, el precio es muy bueno. Sin duda, recomendaría este alojamiento a otros viajeros.

El lugar tiene un emplazamiento espectacular, rodeado de naturaleza y con vistas impresionantes. Los huéspedes pueden disfrutar de la tranquilidad y la belleza del entorno. Además, las instalaciones son cómodas y limpias, y el trato por parte de los dueños es amable y acogedor. Por otro lado, el desayuno ofrecido es delicioso y abundante.

Algunos huéspedes han mencionado que el acceso al lugar puede ser complicado si no se cuenta con un coche, ya que está alejado de los pueblos y no hay transporte público cerca.

El emplazamiento de Alarpe Aterpetxea es espectacular. Levantarse al amanecer y ver el Txindoki alzarse mientras la niebla baila en el valle es un regalo para los ojos. Además, el lugar es un remanso de paz, perfecto para desconectar y disfrutar de la naturaleza. Martín, el dueño, es encantador y te da buenas indicaciones sobre la zona. La relación calidad-precio es inmejorable.

El lugar es maravilloso y tranquilo! La atención es amable y las instalaciones son cómodas y nuevas. Me encanta la oportunidad de conocer a los animales de la familia, como perros y gatos. Es un regalo para los ojos despertarse y ver el paisaje espectacular. ¡Gracias por todo, definitivamente volveré! 🌟

Ubicación perfecta cerca del Aralar y el Txindoki

Caseros amables y cordiales. Rutas espectaculares propuestas por Martin.- Lugar tranquilo y libre de ruidos molestos.- Buena relación calidad-precio.- Paisaje de sueño que transmite felicidad.- Entorno espectacular para actividades al aire libre.- Instalaciones cómodas y limpias

Ni una sola cosa.

Nos encantó la ubicación del alojamiento, en plena naturaleza y rodeado de tranquilidad. Las vistas eran realmente impresionantes, con el Txindoki y el valle como telón de fondo. Además, el personal femenino nos brindó un trato muy amable y agradable durante nuestra estadía.

Tuvimos algunos inconvenientes durante nuestra estancia. En primer lugar, el desayuno no estaba incluido y esto no estaba claro en la descripción del lugar, lo cual resultó en un gasto inesperado al momento de hacer el check-out.

El enclave del hostel: pasada, tranquilo, naturaleza, paz, descanso, sin ruidos molestos. Atención cordial y amable: propietarios agradables, gente cordial, perretes simpáticos, punto a favor para ir con niños.Buen precio.Emplazamiento espectacular: amanecer con vistas al Txindoki, niebla bailando en el valle, animales de la granja, remanso de paz.Martín, el dueño es encantador.Relación calidad-precio inmejorable.

Todo bien.

El lugar es hermoso y tranquilo, con un entorno espectacular para disfrutar de actividades al aire libre y la naturaleza. Las instalaciones son cómodas, limpias y con encanto. Los anfitriones, Lidia y Martín, son muy amables y te hacen sentir como en casa. Nos explicaron todos los lugares a los que podíamos ir, incluso restaurantes, y acertaron en todas las recomendaciones. Definitivamente una grata sorpresa y volveríamos a repetir la experiencia.

Me sentí como si estuviera con mi familia, no tengo ninguna queja en absoluto.

El enclave natural tranquilo. Propietarios cordiales y amables.Buen descanso en habitación compartida.Buen precio.

Todo estuvo perfecto.

mi estancia en zaldibia superó mis expectativas gracias a alarpe aterpetxea albergue. el entorno es espectacular, ideal para actividades al aire libre y disfrutar de la naturaleza. lidia y martín son unos anfitriones excepcionales, te hacen sentir como en casa y te dan recomendaciones increíbles para recorrer la zona. sin duda, volveré.

falta de regletas en los cuartos para cargar los móviles.

La ubicación del Alarpe Aterpetxea en Zaldibia es simplemente espectacular. Disfrutamos de hermosas vistas al Txindoki y el valle, lo que nos permitió relajarnos y disfrutar de la belleza de la naturaleza. Las instalaciones del hotel son cómodas y nuevas, lo cual nos brindó una estancia agradable. Además, el servicio fue amable y atento, lo que hizo que nos sintiéramos como en casa. Los animales de la familia, como los perros y los gatos, también fueron un bonito toque adicional.

Tuvimos algunos inconvenientes durante nuestra estancia en el Alarpe Aterpetxea. El acceso al hotel fue complicado, especialmente si se viaja en coche.

Lo mejor del lugar es su ubicación privilegiada, con vistas espectaculares y un entorno tranquilo y natural donde se puede descansar sin problemas. Además, destaco la amabilidad del personal, que se preocupó por indicarnos los lugares de interés cercanos y ofrecer un trato agradable. Por otro lado, otro aspecto positivo es la relación calidad-precio, ya que se obtienen servicios de calidad a un precio razonable. En resumen, fue una escapada romántica muy agradable en un lugar con encanto.

En cuanto a los aspectos negativos, el acceso puede resultar un poco complicado si se va en coche, ya que hay que tener cuidado con los socabones en el camino. Además, la falta de regletas en las habitaciones para cargar los dispositivos móviles fue un inconveniente, ya que en la actualidad dependemos mucho de ellos.

Increíble! Martín, el anfitrión, fue muy amable y nos hizo sentir como en casa. Las instalaciones eran nuevas y cómodas, con servicio adaptado. El ambiente era de pura tranquilidad y felicidad, rodeado de animales adorables. La familia era muy maja y se esforzaba en complacer a los huéspedes. El paisaje era de sueño, con vistas al Txindoki y la niebla danzando en el valle al amanecer. Aunque algunos huéspedes no respetaron la paz, el lugar sigue siendo un remanso de paz. Martín era encantador y la relación calidad-precio inmejorable. Definitivamente volveré a este lugar en mi próximo viaje. ¡Gracias por todo!